La Federación de comercio electrónico y venta a distancia de Francia ha realizado un provocador informe sobre el futuro de las compras online en el que predice que no se distinguirán de las que se realizan offline. A su juicio, los consumidores de 2020 tomarán las cosas buenas de Internet, como la disponibilidad 24 horas y las opiniones de otros usuarios, y las mezclarán con las del mundo real, con su dimensión humana y el contacto con el vendedor.
El estudio parte de la base de que el comercio electrónico goza actualmente de una excelente salud en Europa, hasta el punto de que supera en volumen al de EE.UU. gracias a crecimientos anuales del 18%. En toda la UE representa el 6% del total de ventas minoristas, el doble que en España. Sin embargo, son dos empresas norteamericanas, Amazon y eBay, las que lideran el sector en Europa.
En lo que al consumidor se refiere, el estudio destaca la importancia que da a poder comprar a cualquier hora y rápidamente, sin desplazamientos, más incluso que los menores precios. Atraer a estas personas es cada día más difícil. Las tiendas online tienen que invertir mucho en marketing y especialmente en posicionamiento en buscadores, lo que reduce sustancialmente los márgenes. Así, Amazon apenas se queda con 0,8% de todo lo que vende.
Pero el cambio más importante que se está produciendo es el de la conexión entre los consumidores y la necesidad que tienen de sentirse constantemente acompañados. Es ahí donde intervienen las redes sociales, tanto para obtener opiniones e información antes de comprar, como para comunicarse mientras se compra y después. "Se busca un estatus, una valoración positiva de la tribu, por el mero hecho de la adquisición de un determinado producto", explica el informe.
¿Qué están haciendo las tiendas para atraer a este tipo de consumidor? Fundamentalmente, crear espacios virtuales y físicos que permitan experimentar y comunicarse. Se citan los casos de las Apple Stores, de las cafeterías de Nespresso, de los cursos impartidos en los Leroy Merlin, de los comercios que empujan a sus clientes a hacerse fans en Facebook a cambio de descuentos y de los establecimientos de Pixmania en los que se pueden recoger las compras realizadas en la Red. "Son lugares que permiten descubrir nuevas cosas, aprender y relacionarse", explica el estudio.
Relacionado con todo este fenómeno, se menciona el comercio electrónico social, que consiste en poder compartir en las redes sociales lo que se está comprando o bien chatear mientras se visitan webs que ofrecen productos. El estudio también habla de la generalización de las subastas y de las compras desde el móvil, que permiten localizar geográficamente al consumidor, así como de la optimización de precios en función de la intensidad de la demanda (subidas si hay mucha demanda y bajadas si se reduce).